Punto de inflexión
El asesinato con características de magnicidio del alcalde de Uruapan Michoacán, Carlos Manzo pudiera indicar un rompimiento entre grupos políticos leales al expresidente Andrés Manuel López Obrador y los que son leales a la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo
El asesinato con características de magnicidio del alcalde de Uruapan Michoacán, Carlos Manzo pudiera indicar un rompimiento entre grupos políticos leales al expresidente Andrés Manuel López Obrador y los que son leales a la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo a pesar de la precepción de unidad todo indica en el fondo una lucha encarnizada por el poder detonada desde la aprensión de Hernán Bermúdez Requena y el desmantelamiento de la red de “Huachicol Fiscal” un escándalo mediático internacional que involucró elementos de la Secretaria de Marina Armada de México y a varias empresas y puertos mexicanos, que directamente afectaron la imagen del ex Secretario de Gobernación y actual presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la Republica Adán Augusto López Hernández, una persona que se convirtió “non grata”, se puede pensar que el rompimiento estalló después de una reunión sostenida entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y la presidenta Claudia Sheinbaum, se cree que el mandatario norteamericano entregó información de inteligencia que involucra el trasiego de combustible, una acción que de ninguna manera desmerita el nivel de profesionalidad de los servicios de inteligencia mexicanos como el CNI una institución que ha pasado por diversas etapas históricas y ha hecho escuela a nivel mundial, sin embargo el problema no es el oficio de inteligencia que es una vocación patriótica sino lo que se hace con la información algo así como pasó entre el Secretario de Gobernación Emilio Chuayfett y el presidente Carlos Salinas de Gortari, en la conversación que tuvieron luego del levantamiento zapatista en Chapas, Salinas le dijo a Chuayfett “porque no me dijiste que había grupos guerrilleros en Chiapas”; “Señor presidente yo se lo dije”, “sí pero no me lo reiteraste”, el levantamiento zapatista el 1 de enero de 1994 tuvo un amplio apoyo internacional y junto con el asesinato del candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio Murrieta ocurrido el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas Tijuana y el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu el 28 de septiembre de 1994 llevó a México a un punto de inflexión con características similares a las actuales, esos acontecimientos del pasado permitieron la alternancia en el poder y puso a la vista la existencia de territorios auto gobernados por el EZLN en Chiapas donde para el año 2019 ya existían 16 Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) además de Juntas de Buen Gobierno los cuales desaparecieron en 2023 aunque los caracoles y otras formas de organización zapatista siguen teniendo presencia local; los autogobiernos existen desde siempre pero desde hace muy poco en Michoacán llamaron la atención nacional por el surgimiento de las autodefensas debido al control del territorio por parte de grupos del crimen organizado. Actualmente en Michoacán existen 21 municipios con presencia indígena donde existen 40 comunidades de autogobierno, un ejemplo es Cherán que logró desterrar la presencia del crimen organizado con alta presencia de guardias blancas que tienen un estricto control de quien ingresa; por otra parte en Oaxaca se autogobiernan 418 municipios bajo sistemas normativos indígenas de usos y costumbres, Morelos donde existen 16 y en Guerrero al menos 2 municipios. Por lo cual, el asesinato de Carlos Manzo el estado mexicano lo pudo evitar para así evitar el punto de inflexión; sin embargo todo indica que la presidenta no solo tiene detractores afuera sino también adentro de su gobierno y no será admitido y siempre será negado; pero una evidente reorganización política nacional lo evidencia por la coaptación de personas “Puente” entre la “izquierda” y la “derecha” detonando así un cambio en la narrativa, una propia hecha a la medida de las circunstancias.